Definitivamente
Oumuamua no fue el primero en acercarse, aunque sí el primero en ser detectado.
Investigadores han argumentado que cada año hasta siete visitantes
interestelares se acercan a la Tierra. Objetos que proceden desde otro sistema
planetario o de otra galaxia.
En octubre de 2017 una roca espacial, que se dijo en un primer momento tenía
forma de cigarro, y de 300 metros de longitud acaparó la atención mundial al
convertirse en el primer objeto interestelar detectado. Su auténtica naturaleza
aún provoca ríos de tinta, especialmente por las insólitas declaraciones de Avi
Loeb, que se desempeñada como astrofísico de la Universidad de Harvard, quien
está convencido de que se trata de una especie de baliza creada por una
civilización extraterrestre. Ni siquiera pasaron dos años de esa primera
aparición cuando un segundo cuerpo llegó de otro sistema planetario. Se le
llamó 2I/Borisov y resultó ser un cometa.
El equipo calculó las velocidades esperadas de los visitantes interestelares y
cuánto tiempo deberían permanecer en nuestro sistema solar, a partir de datos
sobre el movimiento y la velocidad de estrellas cercanas del telescopio Gaia de
la Agencia Espacial Europea (ESA). De esta forma, concluyeron que siete
viajeros de otro sistema solar de un tamaño similar al de Oumuamua, de al menos
cien metros de ancho, pasan a una unidad astronómica (la distancia entre la
Tierra y el Sol) de nuestra estrella cada año. Sin embargo, los cometas como
Borisov serían mucho más raros, apareciendo una vez cada diez o veinte años.
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