Hace 16 años, el
pequeño Jaime Cameron, de siete años, acudía a una excursión escolar en la que
iba a ver algo que se convertiría en una obsesión durante los años posteriores.
Aquel día visitaba con sus compañeros de colegio la abadía de Romsey, próxima a
la ciudad de Suothmapton. Una extraña y enmarañada cabellera expuesta en una
vitrina llamó su atención. ¿A quién había pertenecido?
Aquel descubrimiento
despertó su interés por excavar en el pasado, al punto de que estudió
arqueología tanto en Oxford como en Cambridge, siempre manteniendo el interés
por ese extraño cabello, que fue encontrado por casualidad durante unas obras
en 1839. Hoy los estudios comandados por Cameron perecen confirmar que se trata
del pelo de una mujer que vivió en los siglos X u XI. A tenor de los datos
recogidos, el investigador cree que podría pertenecer a Santa Morwema, la
patrona de la localidad.
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